La geoingeniería,[1]ingeniería climática[2][3]​ o intervención climática es la modificación deliberada y a gran escala del clima terrestre para limitar o revertir el calentamiento global.[4]

Se ha investigado como una posible respuesta al calentamiento global, por ejemplo, por la NASA[5]​ y la Royal Society.[6]​ Las técnicas bajo investigación generalmente pertenecen a las categorías de gestión de la radiación solar y reducción del dióxido de carbono,[7]​ aunque se han sugerido varias otras estrategias. Un estudio de 2014 investigó los métodos de ingeniería climática más comunes y llegó a la conclusión de que o son ineficaces o tienen efectos secundarios potencialmente graves y no se pueden detener sin causar un rápido cambio climático.[8]

Estrategias propuestas

Se han propuesto diversas estrategias para llevar a cabo el propósito de la geoingeniería. Se pueden resumir en dos grandes categorías: gestión de la radiación solar y reducción del dióxido de carbono.

Gestión de la radiación solar (GRS)[9]

  • Aumento del albedo: incremento de la capacidad de reflexión (física) global, ya sea por medio de modificaciones a las nubes,[10]​ la superficie marina[11]​ o la terrestre,[12]​ utilizando técnicas como la siembra de nubes.
  • Aerosoles estratosféricos: mediante introducción de compuestos sulfúricos como el anhídrido sulfúrico (SO3) y el ácido sulfúrico (H2SO4), para reducir la radiación solar que alcanza a la superficie terrestre.[13]​ Otros compuestos considerados son el sesquióxido de aluminio o alúmina (Al2O3) y el titanato de bario (BaTiO3)[14]
  • Reflectores basados en el espacio exterior: idea puramente teórica que propone uso de escudos, espejos o prismas para reducir la cantidad de luz solar que llega a la superficie terrestre.[15]

Reducción del dióxido de carbono

Las técnicas para la reducción del dióxido de carbono (RDC)[16]​ están enfocadas a eliminar los gases en la atmósfera que contribuyen al efecto invernadero. Estos métodos incluyen técnicas que reducen directamente dichos gases de la atmósfera, así como técnicas que están enfocadas a reducirlo indirectamente mediante el fomento de técnicas naturales que lleven a cabo dicho proceso (por ejemplo, plantación de árboles). Entre estas técnicas se encuentran:

  • Aforestación: plantación de nuevos bosques en tierras donde históricamente no los ha habido.[17]
  • Biocarbón (biochar): tipo de carbón producido al quemar materiales orgánicos en ambientes con bajo oxígeno (pirólisis).[18]​ Además del CO2, está demostrado que el biocarbón también contribuye a la reducción del N2O.[19]
  • Bioenergía con captura y almacenamiento de carbono: hacer crecer biomasa para luego quemarla, a fin de crear energía con captura y almacenamiento del dióxido de carbono (CO2) emitido.[20]
  • Captura directa de CO2 atmosférico: usando máquinas que pueden extraer el dióxido de carbono directamente del ambiente.[21]
  • Fertilización oceánica con hierro u otros nutrientes: agregado de nutrimentos al océano para propiciar un crecimiento intensivo del fitoplancton, que mediante fotosíntesis extrae el CO2 atmosférico, y así, al morir estos organismos, llevarían consigo este contaminante al fondo del mar.[22]

En los plazos corto y largo, estos métodos varían por su efectividad y por los efectos adversos potenciales, incluidos ecológicos y otros aún ignotos, que cada técnica pueda causar en el ambiente.

Gobernanza

El concepto de geoingeniería abre diversos debates acerca de las implicaciones políticas y económicas que acarrearía su puesta en marcha.

Existe una falta de consenso acerca de si la geoingeniería se debería llevar a cabo o no. Científicos de la Universidad de Oxford han propuesto una serie de principios[23]​ que deberían guiar la práctica investigadora sobre geoingeniería, que se resumen en:

  • Principio 1: La geoingeniería debe ser regulada como un bien público.
  • Principio 2: Debe haber participación pública en la toma de decisiones acerca de la geoingeniería.
  • Principio 3: Divulgación de la investigación sobre geoingeniería y acceso libre a las publicaciones.
  • Principio 4: Asesoramiento independiente sobre el impacto.
  • Principio 5: Regulación antes de su implementación.

Argumentos en contra de la geoingeniería

Posible incremento de la acidificación del océano, como consecuencia de:

  • La lluvia ácida,[24]​ agravada por las inyecciones estratosféricas, especialmente de azufre.[25]
  • El sumidero de carbono, causado por hundimiento del fitoplancton, podría causar acidificación en el océano profundo.[26]
  • Las técnicas de GRS, que no reducen el CO2. Por lo tanto continuaría el incremento de la acidificación oceánica.[27]

Destrucción de la capa de ozono[28]

  • Los aerosoles sulfúricos y el enfriamiento de la estratosfera contribuyen a la destrucción de la capa de ozono.[29]

Efectos ecológicos y biodiversidad[30][31][32][33]

  • La cantidad de luz solar y la cantidad y la calidad de agua disponible afectan la producción vegetal. La GRS propicia un tipo de oscurecimiento global. Hasta el momento no existe consenso entre los científicos en cuanto a los efectos negativos o positivos de la "difusión" de la luz solar en los procesos de fotosíntesis.[34]

Disrupción del ciclo hidrológico[35]

  • En un gran porcentaje de la Tierra, la GRS podría causar sequías,[36]​ ya que mayor contenido de aerosoles sulfúricos y reducción en la radiación solar disminuyen las precipitaciones pluviales.[37][38]

Referencias

Enlaces externos

  • Vías sociotecnológicas para un futuro sin emisiones.
  • Proyecto científico que analiza las dimensiones medioambientales, técnicas, sociales, legales, éticas y políticas de la eliminación de gases de efecto invernadero y la gestión de la radiación solar.

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